El acero galvanizado es un tipo de acero recubierto con una capa de zinc que sirve de protección frente a la corrosión. Este material se obtiene tras el proceso de galvanizado, que se puede realizar de diferentes formas, ya sea sumergiendo el acero en un baño de zinc fundido o mediante la aplicación de zinc con procesos de revestimiento en caliente o en frío.
Como hemos comentado, el recubrimiento de zinc proporciona al acero una protección extra frente a la corrosión ya que actúa como una barrera protectora que aísla al metal base del ambiente corrosivo. Además, el zinc sacrifica su propia protección antes de que el acero se desgaste, lo que le confiere una defensa más.
Para qué se utiliza el acero galvanizado
Este material es muy versátil, por eso lo verás en diferentes ámbitos del sector de la construcción o la industria. Por ejemplo, puedes encontrarlo en techos, estructuras metálicas, tuberías, conductos de aire, cercas o postes, entre otros. Por otro lado, también se utiliza mucho en industrias tan dispares como son la del automóvil o el mundo de los electrodomésticos.
El acero galvanizado es muy valorado por su gran durabilidad, resistencia y por el bajo mantenimiento que requiere. Sin embargo, con el tiempo, la capa de zinc puede desgastarse, por lo que es importante realizar inspecciones y un mantenimiento periódico para asegurar que su capacidad contra la corrosión continúa siendo efectiva.
Ventajas del acero galvanizado en la construcción
Como hemos apuntado antes, los beneficios del uso del acero galvanizado en la construcción son muchos y estos podrían resumirse en 5 principalmente.
1. Resistencia a la corrosión:
El principal beneficio del acero galvanizado es su alta resistencia a la corrosión. La capa de zinc actúa como una barrera protectora que protege el acero subyacente de la exposición a la humedad, la oxidación y otros elementos corrosivos. Esto aumenta la vida útil del acero y reduce la necesidad de mantenimiento y reemplazo frecuentes.
2. Durabilidad:
El acero galvanizado es conocido por su durabilidad. El recubrimiento de zinc proporciona una protección adicional al acero, lo que le permite resistir el desgaste, la abrasión y los daños mecánicos. Esto hace que el acero galvanizado sea adecuado para aplicaciones en entornos exigentes o con alta exposición a impactos y tensiones.
3. Facilidad de mantenimiento:
La capa de zinc actúa como una barrera protectora autorreparadora, lo que significa que si se produce un pequeño daño en el recubrimiento de zinc, este se autocorrige y evita que la corrosión se propague al acero subyacente.
4. Versatilidad:
Se puede utilizar en una amplia gama de aplicaciones debido a su resistencia y durabilidad. Se utiliza comúnmente en la construcción para techos, estructuras metálicas, tuberías, conductos de aire, cercas y más. También se encuentra en productos de consumo, como electrodomésticos, automóviles, muebles de exterior, utensilios de cocina, entre otros.
5. Coste-efectividad:
Aunque pueda tener un coste inicial ligeramente más alto en comparación con otros materiales, su resistencia y su larga vida útil lo compensan con creces. Al necesitar menos mantenimiento y reemplazo a lo largo del tiempo puede resultar un ahorro significativo a largo plazo.
Estas son las razones por las que el acero galvanizado supone una de las opciones más empleadas tanto en industria como en construcción, sectores donde la durabilidad de los materiales y la resistencia de los mismos es clave para cumplir con los estándares de calidad de cualquier proyecto.
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